Producir una tipografía personalizada significa dar forma a una voz, a un timbre de comunicación específico; es construir la identidad del locutor a través de la manifestación visual de la lingüística.
Montevideo, la capital del país más austral de América, reúne y condensa las costumbres, ideas, proyectos, desafíos y sueños de su millón y medio de habitantes. Presentar una tipografía que reflejara esa diversidad y contribuyera a la construcción de una identidad fue el reto propuesto por el estudio de diseño y comunicación i+D.
Ciudadana (la nueva tipografía del gobierno de Montevideo) debía servir de nexo entre la identidad visual existente (construida en torno a la tipografía Ciudadela) y la necesidad de modernizarse mediante la mejora continua de los servicios públicos, en este caso, la comunicación. Debía ser un cambio transparente para la ciudadanía, pero con una mejora técnica perceptible en términos de implementación y comunicación.
Se trata de un grotesco moderno que suaviza sus formas eliminando sus vértices, sustituyéndolos por curvas que transmiten amabilidad y reflejan una voluntad de llegar al otro con respeto; al mismo tiempo, las formas limpias y precisas aportan seriedad, integridad y confianza al mensaje.
Sus variantes de peso e inclinación permiten la jerarquía visual y la diferenciación necesarias para una comunicación clara y organizada de mensajes complejos.
Ciudadana se utiliza tanto en piezas físicas como digitales, desde la señalización del espacio público hasta la intimidad del sitio web, desde folletos impresos hasta publicidad de actividades culturales.
Ciudadana es la voz de la gente: de sus actividades, sus propuestas, sus preocupaciones y sus celebraciones. Es un registro visual de la vida urbana a través de las actividades cotidianas.